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Cómo cuidar los tatuajes recién hechos en verano

Hoy os recomendamos este post de Cristina Martín García en cuidateplus.

El verano no es el mejor momento para hacerse un tatuaje. Como alerta la Comunidad de Madrid en esta guía, al hacerse uno, existe riesgo de contraer enfermedades, de sufrir alergias a la tinta que se inyecta, cicatrices poco estéticas, desgarros en los vasos sanguíneos e infecciones.

En verano, con el calor, el sol, las picaduras de insectos y otros factores, los problemas pueden aumentar. Para sortear estos factores, Francisco José Gómez García, dermatólogo del Hospital de Montilla, en Córdoba, da las claves del cuidado de los tatuajes recién hechos en verano.

Precauciones

• Evitar los baños, especialmente en agua caliente: hasta que el tatuaje cicatrice por completo, se debe evitar sumergirlo en el mar o la piscina, para impedir que se borre parte del dibujo o que se infecte por bacterias. “Son peores los baños calientes y prolongados. El objetivo es evitar la maceración de la herida”, insiste Gómez.

• No tomar el sol: el dermatólogo aconseja evitar la exposición al sol. “Hay hipótesis que indican que la fotoexposición, combinada con los tintes presentes en los tatuajes, pueden originar tumores en las zonas tatuadas. Además, con el sol es posible que disminuya la pigmentación del tatuaje.

• Emplear crema solar: en relación al punto anterior, el uso de crema solar es clave para evitar la incidencia de los rayos del sol. También serviría el uso de ropa ligera y de algodón, situarse a la sombra, no exponerse en las horas centrales del día, etc.

•  Evitar, en la medida de lo posible, la sudoración y el calor: el calor aumenta la sudoración y esto puede favorecer la maceración de la herida, perjudicando la cicatrización.

•  Procurar que no te piquen insectos o medusas: “Las picaduras de insectos o medusas producen una inflamación local que dificulta el correcto curso de la cicatrización”, afirma el experto.

• No rascarse: si pica un mosquito y la zona empieza a picar, es conveniente evitar el rascado porque puede dar lugar a sobreinfecciones o alteraciones en el tatuaje. Tampoco es bueno quitar las costras formadas durante el periodo de cicatrización.

Cuidados básicos tras la realización de un tatuaje

Independientemente de la época del año que sea, un tatuaje debe cuidarse para evitar infecciones. Es necesario limpiar la zona con un antiséptico o pomada antibiótica.

El tatuaje ha de taparse con una venda durante las 2 y 24 horas siguientes. Este apósito, que ha de ser grueso, absorbente y antiadherente, resguardará la zona de posibles infecciones. Para retirarlo hay que humedecer con agua templada para favorecer su extracción. Después se limpia el tatuaje con agua y jabón y se deja que se seque al aire.

Durante tres y cinco días se aplica una pomada antibiótica que impida la proliferación de sobreinfecciones bacterianas. Después y durante al menos las dos semanas siguientes, se utiliza una crema hidratante para que la piel tatuada recupere su elasticidad.

Si todo va bien, la piel tatuada debería estar totalmente recuperada en un plazo de unas cuatro y seis semanas.

En caso de que se infecte

Pudiera darse el caso de que el tatuaje se infecte. El tratamiento en estas situaciones es como el de cualquier herida. “Si la infección es local y leve, como ocurre en la mayoría de los casos, hay que emplear suero fisiológico o agua, más algún antiséptico o antibiótico local. Si es una infección más severa, habría que emplear un antibiótico oral, si bien esto último es muy poco habitual”, explica Gómez.

No obstante, “dado que son muy variados los problemas que pueden asociarse a los tatuajes, si la lesión no se cura, debe consultarse a un médico”.

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